BRASILIA (AFP) — La ciudad de Brasilia
aspira a ser distinguida como la ciudad con el estadio de futbol más
verde del mundo, con la reconstrucción del Mané Garrincha que será sede
del juego inaugural de la Copa FIFA Confederaciones.
El renovado escenario tiene una fachada de pilares circulares con
sistemas únicos de energía solar y aprovechamiento de agua de lluvia "El estadio tiene una serie de recursos que le permiten generar más
energía de la que consume a través de paneles solares. También podrá
recuperar el agua de lluvia y cubrir el 80% de sus necesidades", explicó
Vicente Castro Mello, de Castro Mello Arquitectos, responsable del
proyecto.
El estadio que albergará este sábado el juego entre Brasil y Japón fue reconstruido para ser sede del Mundial 2014.
La obra se inició en 2010, fue inaugurada el 18 de mayo de 2013 y tuvo un costo de aproximadamente 476 millones de dólares.
Una de las características que más llama la atención del Mané
Garrincha es su techo. Construida con materiales especiales, la cubierta
absorbe y descompone la contaminación del aire y reduce el calor
interno, lo que evita el aire acondicionado o cualquier otro tipo de
ventilación artificial.
Gracias a su cubierta, el estadio retirará de la atmósfera los gases
contaminantes del aire, en una cantidad aproximada a la que producen
cerca de 1,000 vehículos por día, de acuerdo con el gobierno de la
capital brasileña.
El escenario tiene capacidad para 71,000 personas, por lo que espera
albergar grandes espectáculos artísticos. Debido a que está ubicado en
una zona de fácil acceso para caminantes y ciclistas, desincentiva el
uso de vehículo.
Cuando la obra esté totalmente concluida contará con un estacionamiento para 3,500 bicicletas.
En su intento por ser un estadio completamente verde, dispondrá de un sistema único de tratamiento de residuos.
"Platos, cubiertos, vasos, servilletas, serán biodegradables, y ya no
se necesitará diferenciar los desechos", dijo Ian McKee, director de
sustentabilidad de Castro Mello Arquitectos.
Todas esas características hacen que el estadio Mané Garrincha,
nombre del célebre jugador brasileño de la década de 1960, esté en
camino de recibir el certificado máximo de sustentabilidad, el sello
Leed Platinum.
Ningún estadio de futbol cuenta con esa distinción, según las autoridades de la capital brasileña.